Calificó a la derecha argentina como “cipaya” y remarcó la necesidad de que el estado nacional vuelva a controlar el Rio Paraná y los puertos nacionales dispuestos sobre su curso, cuyas concesiones terminan, muchas de ellas, en muy poco tiempo.
Aronskind sostuvo que “los países centrales están todo el tiempo presionando para que cedamos soberanía. La soberanía no es una palabra, es un conjunto de medidas que van socavando tu capacidad de controlar tu propio destino y te van sometiendo cada vez más a las presiones internacionales”.